lunes, 22 de octubre de 2012

Trató de engañarme Se equivocó ¿o no?

Los primeros días de universidad todo me era nuevo y agradable. Mis compañeros, los alrededores, la ciudad. Mi bachillerato estuvo lleno de inconsistencias y traumas que me llevaron hasta la Escuela de Ciencias de la Comunicación; con el simple y cierto argumento, "me gusta".

Tenía nociones de lo que podía hacer estando ahí. Recuerdo que en uno de aquellos primeros días, la directora nos convocó a los de nuevo ingreso a una reunión en el auditorio, en donde por su puesto, se dispuso del equipo de audio, un micrófono, y ella se paró en el escenario, a hablar a un público disperso por los más de cien asientos.

Recordé mucho, por mucho tiempo, una frase que hoy he olvidado en su forma original. No le di la importancia que requería: trató de decir algo que no sentía, y su equivocación la delató. La directora se refirió a la empatía en forma negativa. Creo que dijo que había que evitarla. O eliminarla, no recuerdo. El punto es que al parecer se equivocó, o en aquél momento quise creer eso.

Algo así escribió Kant: hasta el más mentiroso de los hombres, espera de otro la verdad.  Ahora pienso que confundir sin corrección posterior, las dos palabras, empatía y apatía, es inaudito y frustrante, visto el evento desde la distancia, a poco más de tres años de sucedido.