viernes, 26 de marzo de 2010

Un acercamiento al amor y al objeto del amor

Espero que el título, haya sido el más apropiado, si no es así, nimodo.
Son las 5:44 de la tarde del viernes 26 de marzo, estoy a punto de salir a un par de fiestecillas para no quedarme en casa, al menos no hoy que es viernes. Tal vez en ese ir y venir de las botellas rellenas de cerveza o los vasos que contienen la vida y la muerte de un bebedor, se cruce en el rayo de mi mirada una de esas figuras con forma de guitarra, o de violín o un tololoche; quizá pase y me quede anonadado ante tal expresión de la naturaleza.
Y eso me hace recordar que hace ya mucho tiempo que no experimento ese sentimiento tan sublime, que se empeñan en llamar amor.
Palábras más palabras menos, la gente puede decir muchas cosas de esto. Yo sólo sé dos cosas, las mujeres son, encantadoras y peligrosas.
Puedes ir en el camión pensando muchas cosas y ninguna a la vez, y de repente, así sin más ni más, te encuentras con una de esas figuras que describí arriba, y sueñas, vuelas, te sales de órbita, regresas, despiertas y estás mirándola como todo un idiota.
Puedes ir o estár en cualquier otro lugar, pero cuando llega, llega y te pega, te azota, pero lo más extraño es que te gusta, te sientes bien, y esa es la razón por la que ahí sigues.
¿Que porqué digo que las mujeres son peligrosas?
Porque te provocan miedo. Miedo en el momento en el que decides hablarle, acercarte a ella con el fin de establecer el vínculo (aunque cabe aclarar que no aplica en todos los casos), miedo a que una vez que esta cediendo te deshagas tanto por ella, que dejes de lado muchas cosas, como tus amigos, tus hobbies, tu trabajo, tus sueños, tu escuela, entre otras cosas. Pues ahora ella es en tu vida, tu amiga, tus sueños y todo lo demás, todo gira en torno a ella.
Con esto tampoco quiero decir que sea malo, al menos a mí me da miedo, el simple hecho de pensar que al enamorarme no volveré a ser quien fuí y no seré jamás o por lo menos mientras esté enamorado, lo que soñé. Me ha pasado, y fué una de las mejores épocas de mi vida. Sufrí, es cierto, pero no le reprocho nada porque compenzó todo lo que me hizo sufrir; además, la vida sin sufrimientos no es vida. Las mujeres son peligrosas, hay que ser muy valientes. Las mujeres son peligrosas, y a los hombres, nos encanta sentir la adrenalina.

Las mujeres son la vida, puedes verlas, pero solo al conocerlas a fondo, puedes darte cuenta de lo valiosas que son, y de que su peligrosidad no se queda solo en su cuerpo o en su rostro, su peligrosidad, va más allá. Por último quiero citar unas palabras de algún trovador mexicano de nombre Nicho Hinojosa que dice con respecto a las mujeres, "no hay que comprenderlas, solamente amarlas..."

Para mis amigas Lore, Jesi y Vianey...

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