martes, 25 de mayo de 2010

Piedra sobre piedra

Totalmente concentrado en la memoria de algunas putas tristes, me encontraba. Había comprado un refresco para sacar de entre mis dientes las boronitas de los cacahuates japoneses que entretenían a mi lengua, que batallaba para sacarlas de las diminutas cavidades de mi boca. Esperé a terminar el párrafo que apasionadamente leía...
Cuando llegó el momento, levanté la mirada y me encontré con el retrovisor del chofer, y la vista de éste perdida entre las líneas blancas y amarillas de la carretera. Iba a estirar mi brazo para alcanzar la botella de Coca cola, cuando volteo a la izquierda, en la ventana (de un tipo que iba dormido y roncando como si la vida se le fuera en eso), ahí estaba, piedra sobre piedra...
Siempre cuando uno viaja le entusiasma la idea de admirar el paisaje y pensar. A menos que se le conozca, pues gracias a quien sabe quien, los libros de geografía son muy precisos al describir lugares, sus paisajes, o bien si ya se fue de vago por esos rumbos antes. Éste último fue mi caso, pues en lugar de admirar y reflexionar, me puse a conocer al señor García Márquez.
Pero fue el destino. Estoy seguro. Todo el viaje entretenido entre las líneas de un texto y justo cuando levanto la mirada para encontrarme con mi refresco, encuentro el montículo de piedras, del que gustamos admirar mi madre y yo, pues nos recuerda los viajes por esa misma carretera, cuando aún vivía nuestro guía.
Dos antenas de las que facilitan la comunicación entre los humanos, disminuyen un poco la hermosura al cerro aquél. Pero ya no es tanto la hermosura, sino los recuerdos que guardo de aquellos terminables viajes. Mi hermana y yo, sentados en el asiento de atrás, ella y él, enfrente. Él nos decía, en cuanto veía que cabeceábamos, "No se duerman, vayan viendo el paisaje... vayan viendo los cerros, que parece que alguien muy cuidadosamente los acomodó, piedra sobre piedras..."

1 comentario:

  1. Concuerdo con El. A veces tambien pienso que lo que vemos fue meticulosamente planeado por alguien, es tan hermoso. A veces se me olvida o me pongo de rebelde. En fin gracias! (por tu memoria).

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