jueves, 22 de julio de 2010

La lluvia y algo más

La una treinta y nueve de la tarde lluviosa de jueves
y cada gota que cae es como el suplicio de una nueva aventura
y cada platica más es como el llanto ahogado en palábras simples,
nadie dijo que sería facil, nadie dijo las palabras mágicas.

Nadie dijo que tendríamos que vender nuestras almas,
nadie consideró que hoy tal vez llovería,
disfrutaron disfrazándolo de superación,
lo disfrutaron tanto que hicieron un montón de concursos.

En este lugar. En el que pocos pueden decir que son felices,
los demás se consuelan con sus propios trapos bañados en lágrimas
¿En qué consiste esto? ¿En humillar al otro?
En hacerlo sentir que no puede ser alguien...

Y ¿Cuándo se es alguien? ¿Cuando se ha humillado y dejado tirados a otros?
¿Quién decide quien es alguien y quién no?
Yo soy alguien y lo puedo comprobar,
con estas reflexiones que hago aunque no las entienda nadie más.

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