martes, 22 de junio de 2010

Las entradas USB se extinguen

Es increíble. Más que increíble, inadmisible. No es posible que estando en el año dos mil diez, viviendo en una era llena de celulares con infinidad de funciones, entre ellas, las más inimaginables para la cabeza humana de hace menos de medio siglo; en una época en la que más de la mitad de mis contactos en messenger y con los que más regularmente platico, no están en algún cybercafé, como yo ahora, pues ya todos tienen internet en la comodidad de su hogar.

Es simplemente, intolerable. La computadora, el ordenador, la máquina que define sentimientos en esta primera (y quiza ultima) década de este milenio, y que se reproduce en cantidades incontables, y que todos hemos tenido por lo menos más de una en nuestra vida, y en la que me encuetro escribiendo más de una vez a la semana, como hoy, en específico ésta computadora de este deficiente cybercafé, ¡No tiene entrada USB!

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